No es el mejor de los escenarios. Como mínimo veintitantos chicos y chicas, obligados a pasar seis horas al día, cinco días a la semana en un aula: el último lugar del mundo donde quisieran estar. Y en una edad que, ya de por sí, es agitada.
Por esto es arduo el problema de la convivencia. Mas, ya que conocemos las causas, podemos incidir sobre ellas...
Por ejemplo, puede ser buena idea romper ese "enclaustramiento". Para ello existe la Educación Física, pero debe plantearse más y mejor. ¿Actividad física antes de clase todos los días? No me parece mala idea.
Por otra parte, parece de cajón hacer lo posible por que las clases sean algo más interesantes, amenas, etc. Ya que están obligados a ir, agradecerán ese esfuerzo.
Por último, mencionaré el tema de la participación. Es decir, hacer que los alumnos se sientan partícipes del desarrollo del curso, más que meros espectadores. Darles (al menos, la sensación de que tienen) poder de decisión, y que exista un acuerdo sobre las normas de convivencia en la clase.
Podría enumerar varias más, pero después de todo la idea es incidir indirectamente sobre las circunstancias que dificultan la convivencia, y que son inherentes al sistema y a los propios alumnos.
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